lunes, 2 de febrero de 2015

A las 9:32 a.m. Por Rommy Vallejo   No hay comentarios

Conocí a Rafael Correa cuando éste asumió el Ministerio de Economía y Finanzas  en el gobierno de Alfredo Palacio, serví como su edecán y cuando renunció dejando bien en alto su postura consideré que se trataba de una persona que estaba dispuesta a jugarse el todo por el todo y defender sus principios. Luego más adelante y una vez que decidió lanzarse a la política, serví como parte de su equipo de seguridad, así entonces, puedo decir que he formado parte de este proceso desde el primer día y lo he hecho donde ha sido necesario y siempre con el mismo nivel de compromiso y consciente de que mi trabajo colabora para un verdadero cambio en el país.

El Presidente Rafael Correa es una persona coherente, leal, verdadera y que vive eso de “nada para nosotros, todo para la Patria” las incontables horas de trabajo de él y de todo su equipo siempre tienen como objetivo último tener un impacto en la calidad de vida de los ecuatorianos. La Revolución Ciudadana ha sido un proceso nunca antes visto en el Ecuador, corresponde a la verdadera participación ciudadana de un pueblo que vio en Rafael Correa el líder que lo conduciría al futuro.
Al cumplirse los 8 años de revolución ciudadana, los logros son increíbles y es que desde el 2006 cuando el pueblo tomó la decisión de cambiar  no sólo hemos triunfado de manera contundente por 10 ocasiones en las urnas si no que hemos adoptado como imperativo político el mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos. Más de 1 millón y medio de ecuatorianos ha superado la pobreza desde una visión de justicia, equidad y transformación social donde los más beneficiados han sido los más pobres construyendo una sociedad más justa siendo uno de los países que más redujo las desigualdades durante este periodo. Yo personalmente, por primera vez me siento confiado sobre el país en el que vivirán mis hijos

Hemos erradicado el trabajo infantil en basurales, florícolas, bananeras, minas y camales, porque el futuro de este país son las generaciones más jóvenes y son ellas por las cuales todo esfuerzo vale la pena. Todos los niños y niñas van gratuitamente a la escuela, sin diferencia entre mestizos, indígenas y afroecuatorianos, somos el país que más invierte en educación superior en toda la región, premiando la excelencia con más de 10 mil becas entregadas.

El 15 de enero pasado nos reunimos en Ciudad Yachay para festejar todos estos cambios, a renovar una vez más el compromiso que nos une y que nos impulsa a seguir trabajando por el cambio en el país. El significado del sitio que se escogió no puede ser dejado de lado pues ese será el futuro del país, los recursos naturales son finitos pero una economía basada en el conocimiento siempre estará en crecimiento. Qué alegría ver a los estudiantes de Yachay celebrando el discurso del Presidente, jóvenes de distintos rincones de la Patria que ahora tienen oportunidades que nosotros no tuvimos.
Algunos han criticado el haber hecho este evento en Yachay sin embargo responderles que el gobierno de la Revolución Ciudadana apunta al desarrollo de nuevos profesionales comprometidos y relacionados con la Patria; atrás quedan esas concepciones de profesionales alejados del mundo real y que no tienen idea del mundo que les rodea. Ciudad Yachay es un proyecto que transformará la producción de conocimiento en el país y que nos está poniendo ya en el radar del mundo devolviéndonos la libertad sobre nuestras decisiones.

El evento cerró con un momento que quedará grabado por siempre en la retina de todos los que estuvimos ahí, mientras la Orquesta Sinfónica Nacional entonaba las notas del Himno Patria Tierra Sagrada se izaba una muchacha a más de 30 metros de altura con una bandera del Ecuador gigante convirtiéndose en esa Patria que nos cobijaba a todos. El sentimiento fue increíble más de 5 mil voces coreando  “Cómo me enorgullece llamarte mía, mía como mi madre con infinito amor” para mí fue un ejemplo de lo que le depara el futuro a este país y ratificó mi compromiso de seguir trabajando por esta revolución.